My only question

Nothing last forever. Not the diamonds, not even stars. Could our feelings and memories last... even after life?

miércoles, septiembre 17

Tres puntos.


Sólo silencio quedó entre ambos. Una pausa sostenida. Sólo una nota en el aire. Así quedaron ambos entre fulgurantes recuerdos, enmudecidos por una distancia que insondablemente les susurraba palabras que los hacia arder en llanto y promesas de sueños e ilusiones... sólo el silencio prevalece.  Luego el silencio, los acaricia entre sus inertes garras tal como un león que dominó a su presa tras una lucha sinuosa. Finalmente, los despojar de la carne, los deja desnudos al tiempo y la soledad. Sólo el recuerdo prevalece. Sólo es una memoria pues el sentimiento ha enmudecido.

La tierra continúa girando, inevitablemente la inercia los aleja el uno del otro, tal como un ínfimo símil de la batalla entre los astros que se distancian, que se devoran entre sí a cada instante. Es casi una alegoría de como el universo desde el momento de su nacimiento se encuentra en una frenética carrera para poder morir congelado en el silencio que le dio vida. Agotados por el movimiento, se entregan al vacío. Se quedan inmóviles en el todo que los rodea. Pareciese que se avecinan al momento en que la vida se quedará sin energía, esa energía que se apaga a cada segundo. Sería perfecto imaginar que quedará un recuerdo sin embargo, el recuerdo será inane una vez que el universo haya sucumbido a las marejadas abismales de ignota quietud.

La vida continúa sin ellos; ahora se encuentran acallados por una vorágine tumultuosa del ominoso cosmos. Esta ignota presencia, los devora misteriosamente desde la inmensidad del escándalo de las cosas que existen en todos lados. Parece que aquello que en silencio vivió, estuviese condenado a terminar de la misma forma. Sólo el apabullante escándalo que es el “silencio” deja impreso sus reconocibles trazos mórbidos que nos gusta llamar “ser” ¿Qué importa “ser” cuando la nada aparente domina el ajetreo de los cambios o lo trasforma en quietud aparente? Sólo los vivos conocen la muerte, pues los muertos sólo conocen el silencio.

El movimiento continúa a pesar de la pequeñez de ellos. El vaho ardiente de las pasiones les aleja de la nada. Los mantiene con vida en este clamor etéreo; un drama, un choque y agresión de seres cósmicos que se disputan el espacio como emociones en la mente.
Sin embargo, de estos dos, solo yo soy el que vive en sueños. Sueños, recuerdos de lo inexistente.

¿Qué más vida me queda si ya solo soy un recuerdo? ¿Qué más vida me queda si ya solo me encuentro contigo en sueños? Así, solos, en el silencio estamos. El olvido nos acecha a cada palabra que guardamos y el silencio somos nosotros.

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